Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta fe

La pesca milagrosa

1. En el tercer domingo de Pascua se contempla el capítulo 21 del Evangelio de San Juan, que es como un epílogo a los 20 capítulos previos, en clave eclesiológica. Como para cerrar su evangelio con broche de oro, Juan presenta, una vez más, el papel prioritario de Pedro en la Iglesia naciente. Al comienzo, Simón lidera incluso la vida cotidiana de los apóstoles: Les dijo Simón Pedro: —Voy a pescar. Le contestaron: —Nosotros también vamos contigo. Salieron y subieron a la barca. Los exegetas se asombran de que los discípulos, enviados por Jesús a anunciar el mensaje a todo el mundo, se entretengan en algo tan superfluo como salir a pescar. San Josemaría, en cambio, lo ve plenamente lógico: “Voy a pescar. Va a ejercer su trabajo profesional. Las cosas grandes pasan ahí. Es una cosa grande hacer cada día el trabajo ordinario”. Continúa el relato: Pero aquella noche no pescaron nada . Sin Jesús no hay fruto, sin mí no podéis hacer nada , les había dicho durante su vida públic

San José, patrono de la vida interior

Celebramos hoy la solemnidad de San José, “patrono de la vida interior”. Podemos preguntarnos por qué es llamado de esa manera. Y me parece que la misma liturgia de la Misa nos da pistas para entenderlo. La antífona de entrada nos pone en contexto, al aplicar a José el piropo que da el Señor en una parábola a un santo: “este es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia”. Siervo bueno, justo, prudente, fiel, que tiene como encargo dirigir el hogar de Dios. La oración colecta lo dice de modo más claro aún: “ Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor; concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana”. Es un gran calificativo para el Santo Patriarca: protector de las primicias de nuestra salvación, del nacimiento y la infancia de nuestro Redentor. Ya vamos captando una primera explicación de su patrocinio de la vida interior: él

El ciego de Jericó

Continúa Jesús subiendo a Jerusalén con decisión, después de haber enseñado a sus discípulos el lema de su vida: el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en redención de muchos.  Después de cruzar Jericó, la comitiva escucha gritos de un limosnero ciego: ¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí! El ambiente no está para más diálogos, pensarán algunos, después del regaño que sufrieron del Señor en la escena anterior. Quizá por eso, reprenden al mendigo para que calle y no incomode al Maestro, que bastante apesadumbrado está como para cargar las peticiones inoportunas… Pero él gritaba mucho más . Los apóstoles no logran disimular el ruido, que el Maestro no se entere, hasta que él se paró y dijo: -Llamadle. También nosotros acompañamos al Señor, como los discípulos. Y también a veces queremos responder por Él. Pero no lo hacemos con su misericordia, sino con nuestra tosquedad. Señor: queremos seguir más cerca de ti, para aprender de tu ej

Cinco panes y dos peces

Hacemos una pausa en el relato evangélico de San Marcos, que hace una semana nos dejó con Jesús frente a una gran multitud, de la cual sintió compasión porque andaban como ovejas que no tienen pastor.  La misericordia se nota en que les enseña. Pero además hace un milagro portentoso. Es aquí donde cede la palabra al apóstol San Juan, que le da mayor realce al signo y una gran explicación teológica. Por eso, durante los próximos cinco domingos consideraremos el capítulo sexto del cuarto evangelio, uno de los pasajes más profundos del Nuevo Testamento. Después de esto partió Jesús a la otra orilla del mar de Galilea, el de Tiberíades.   Iniciativa de Jesús, busca a la gente. Quiere que todos se salven, no se contenta con esperarlos. Así espera que nosotros salgamos al encuentro de las almas, para llevarles el tesoro de la vida divina y que también aprendamos de ellas en ese diálogo maravilloso de la amistad.  Le seguía una gran muchedumbre porque veían los signos que

Fe, santidad, vocación

En la primera lectura del XIV Domingo, Dios llama a Ezequiel (2, 2-5) como un mensajero para que sea mediador entre Él y su pueblo: “ Hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a ese pueblo rebelde, que se ha rebelado contra mí lo mismo que sus antepasados hasta el día de hoy. (...) Y sabrán que en medio de ellos hay un profeta " . Esa es la misión del profeta: hablar al pueblo de parte del Señor. Comenzamos el año sacerdotal y es una buena ocasión para pensar en el tema de la vocación. ¡Tenemos tantos ejemplos de personas que han sido llamadas y que han respondido generosamente! La página web de la Santa Sede pone algunos ejemplos de sacerdotes santos: el Santo cura de Ars, San Josemaría Escrivá, San Luis Alberto Hurtado, y los Beatos Ciriaco Elía, Charles de Foucauld, Bronisá Markiewicz, y Edoardo Poppe. Vocación, llamada divina: Hijo de hombre, yo te envío. Decía Juan Pablo II, recordando su propia vida: “¿Cuál es la historia de mi vocación sacerdotal? La conoc

Santo Tomás Apóstol, testigo de fe

Celebramos hoy la fiesta de Santo Tomás, el gemelo. Según una antigua tradición eclesiástica, evangelizó a los partos, aunque los cristianos de Malabar lo consideran el evangelizador de la India. Desde el siglo VI se celebra su fiesta el 3 de julio, fecha del traslado de su cuerpo a Edesa. El himno de Laudes lo ensalza con estas palabras : Oh Tomás, que resplandeces entre los Apóstoles con gloria sublime: acoge benignamente el himno de alabanza que cantamos en tu honor: La caridad de Cristo depara un trono en el Cielo para ti, que, por amor, estabas dispuesto a morir por tu Maestro. Impetuoso, de carácter fuerte y decisiones prontas. Llegó a decir: “¡vayamos también nosotros y muramos con Él!” También le agradecemos que fuera Él quien preguntara: ¿No sabemos a dónde vas, cómo sabremos cuál es el camino?, que mereció la respuesta del Señor: “ Tomás, Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Pero la escena que más recordamos, y que nos presenta el Evangelio de hoy, es la

Vida de fe

Cuando comienzan las vacaciones, para muchas personas el descanso se relaciona con el agua: se desplazan hacia las piscinas, los ríos o, mejor aún, hacia el mar… Sin embargo, no falta quien menciona en esos sitios que, definitivamente, el hábitat humano es la tierra. Sobre todo, cuando se ha estado a punto de morir ahogado: sé de algún amigo que debe su vida a un desconocido que lo sacó del fondo de una piscina a la que se había metido siendo niño, sin pensar en la profundidad. También he oído la historia de alguien que, haciendo rafting , quedó dentro del agua justo debajo del kayak y junto a unas rocas… con alguien sentado arriba. En fin, todos conocemos historias de tempestades y tormentas que hacen pensar, a quien va dentro de una embarcación: ¿por qué no me quedé en tierra firme? Es lo que le sucedió también a un grupo de pescadores experimentados, el de los apóstoles, una noche en que llevaban a Jesús a bordo… solo que dormido. Así lo cuenta el evangelista Marcos (4,35-41