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Mostrando las entradas de mayo, 2017

La promesa del Espíritu Santo

Continuamos contemplando la última cena y, en concreto, el discurso de la despedida. Este sermón suele dividirse en tres partes: la primera, sobre la partida y el regreso de Jesús; la segunda, sobre Cristo y la vida de la Iglesia; y, por último, la oración sacerdotal. Consideramos en esta meditación un fragmento de la segunda parte, que la Iglesia selecciona para la liturgia del sexto domingo de Pascua (Jn 14, 15-21). Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Jesús pide un amor coherente, un amor que no se quede en meras palabras, sino que se manifieste en obras. Es importante insistir en que obedecerle no es un peso, sino el camino para ser felices. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros. Jesús promete que enviará al Espíritu Santo como premio por esa fidelidad, pero, sobre todo, como medio para garantizar el cumplimiento de su voluntad. Otro Paráclito, otro Abogado, otro Consolador, además del mismo Jesús, que estará siempre con nosotro