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Mostrando las entradas de febrero, 2008

Jesucristo y la samaritana

Los evangelios que se leen en la liturgia de los domingos de Cuaresma están cuidadosamente seleccionados por su valor catequístico para este tiempo. Este año hemos meditado ya las tentaciones del desierto, la transfiguración, y en el III domingo leeremos el encuentro de Jesús con la samaritana. Según explica Okure, después de predicar a los judíos, Jesús se dirige ahora a los samaritanos, para atender después a los griegos. De ese modo, proclama su evangelio a todas las naciones. Jesús se sienta junto a un pozo, “fatigado del viaje”. Este verbo se usa en el NT aplicado a la labor misionera. El diálogo con la samaritana tiene dos partes: el don de Dios (agua viva) y el conocimiento de quién es Jesús. En el v. 10 está el núcleo: “ Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a él y él te habría dado agua viva ”. La samaritana es un personaje importante, pues había una larga historia de desavenencias entre judíos y samaritanos: se decía