En el afán por acabar con Jesús, se logró una coalición política impensable: los herodianos s e unieron con los fariseos. Como algún autor ha escrito, esta unión es un “milagro involuntario” de Jesús. Los herodianos eran partidarios de la intervención de Roma, teniendo en cuenta la comisión que conllevaba su mediación con el imperio. Los fariseos, por su parte, veían en el pago de los impuestos una blasfemia: además de la humillación que suponía pagar a una potencia extranjera, las monedas de la época de Jesús presentaban el busto del emperador, coronado con una diadema divina y rodeado de las palabras “Tiberio César, hijo del divino Augusto, Augusto”. Dejemos la palabra a Mateo (22,15-21): “Los fariseos se retiraron y se pusieron de acuerdo para ver cómo podían cazarle en alguna palabra. Y le enviaron a sus discípulos, con los herodianos, a que le preguntaran: —Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas de verdad el camino de Dios, y que no te dejas llevar
@argumentaciones.Homilías de un sacerdote católico. Audios disponibles en https://co.ivoox.com/es/suscripciones_jb_8330681_1.html o en canal "argumentaciones" de Spotify (Imágenes tomadas en su mayoría de http://www.centroaletti.com/).