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Mostrando las entradas con la etiqueta Marcos 9;30-37

Quien quiera ser el primero, que sea el servidor

En el capítulo noveno del Evangelio de San Marcos aparece el segundo anuncio de la pasión del Señor. El primero había sido después de la confesión de Pedro, en Cesarea de Filipo. Si la primera parte de ese Evangelio había sido la narración del ministerio de Jesús en Galilea, la segunda parte -en la que ahora estamos- se dedica al ministerio camino de Jerusalén, donde el Señor encontrará la muerte.  Nos encontramos en la recta final del relato de Marcos, y Jesús se dedica de lleno a la última formación de los Apóstoles: Salieron de allí y atravesaron Galilea. Y no quería que nadie lo supiese, porque iba instruyendo a sus discípulos.  En este contexto se dan los anuncios de la pasión, para que estén preparados cuando lleguen esos duros momentos: Y les decía: —El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán.   Jesús anuncia que con su muerte se cumplirán las profecías del Antiguo Testamento, como la que presenta el comienzo del libro de la Sabiduría (2,

Caridad hasta el extremo

La Oración Colecta del Domingo XXV recuerda que Jesús quiso resumir toda la ley en el amor a Dios y al prójimo. Y le pide al Padre: "Concédenos descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna". Pero el amor a Dios en los hermanos no es simple, sino hasta el extremo, como el de Jesús. Condenemos al justo a una muerte ignominiosa . En la Primera Lectura , el libro de la Sabiduría (2, 12.17-20) profetiza la traición a Jesucristo. Él es el justo, el hijo de Dios, pero el Padre solo lo librará después de la muerte. Esa muerte es el pago que le damos por habernos hecho el regalo de mostrarnos el camino de la salvación, que es vivir dejando entrar a Dios en nuestra vida y en nuestra sociedad: “Los malvados dijeron entre sí: Tendamos una trampa al justo , porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones a la ley y nos reprocha las faltas contra los principios en que fuimos educados. Veamos si es cierto