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Mostrando las entradas con la etiqueta Mateo 15;1-20

Limpieza de corazón

San Marcos explica, en el capítulo séptimo de su Evangelio, que los fariseos y todos los judíos nunca comen si no se lavan las manos muchas veces, observando la tradición de los mayores; y cuando llegan de la plaza no comen, si no se purifican; y hay otras muchas cosas que guardan por tradición: purificaciones de las copas y de las jarras, de las vasijas de cobre y de los lechos. Y le preguntaban los fariseos y los escribas: —¿Por qué tus discípulos no se comportan conforme a la tradición de los mayores, sino que comen el pan con manos impuras? Se refieren a impureza (koinos) levítica. Más que “todos los judíos”, como dice aquí Marcos para explicar a sus destinatarios gentiles, se trata solo de algunos judíos, en concreto los fariseos, que promovían la extensión a los laicos de las reglas de pureza exigidas a los sacerdotes cuando celebraban el culto judío. Él les respondió: —Bien profetizó Isaías de vosotros, los hipócritas, como está escrito: Este pueblo me honra con los labios

Los Mandamientos: ¿afirmación o amenaza?

La Oración Colecta del Domingo XXII alaba a Dios por su misericordia, que es "el límite del mal", según la convicción del Beato Juan Pablo II .  Esa misericordia, de acuerdo con las lecturas de hoy, se manifiesta en los mandamientos.  Sin embargo, para cumplirlos a fondo hace falta pedir, ante todo, el don del Espíritu Santo como condición para crecer y perseverar en la unión con Él: Dios misericordioso , de quien procede todo lo bueno; inflámanos con tu amor y acércanos más a ti, a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. Las lecturas hablan de los mandamientos, tema de discusión en la sociedad moderna. Se ven como prohibiciones, negaciones, cuestiones retrógradas en un mundo libre. En su primera entrevista como Pontífice, en agosto de 2005, Benedicto XVI anunciaba que su principal objetivo al viajar a Colonia para encontrarse con más de un millón de jóvenes era mostrar lo contrario:  «Quisiera mostrarles lo bonito que es ser cristianos,