Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Juan 14;1-14

Camino, Verdad y Vida

En el quinto domingo de pascua la liturgia invita a seguir considerando el Evangelio de san Juan; en este caso, el discurso de despedida de Jesús en el Cenáculo antes de la última cena. Este sermón está estructurado en dos partes: la primera, que abarca los versículos 1-4, en la que el Señor anuncia a los apóstoles que se irá a prepararles una morada en la casa del Padre y la segunda, los versículos 5-12, en la que Él mismo se define como el camino, la verdad y la vida. Preparar la morada, en primer lugar. No olvidemos el contexto en el que Jesús pronuncia estas palabras: acaba de anunciar la traición de Pedro y, quizá ante la reacción de desconcierto que notó en sus discípulos, añadió: “No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí”. El Señor recuerda la necesidad de la fe para evitar la turbación, la confusión y el desorden. Tal vez pensando en tranquilizarlos ante lo que ellos ven venir, el Maestro les anuncia lo que pasará más adelante: “En la casa de mi Pad

Camino, Verdad y Vida

El contexto del Evangelio que se lee el V domingo de Pascua es la última cena. Acaba de salir Judas del cenáculo, por lo que Jesús ha recuperado esa intimidad que extrañaba con la presencia de aquel pobre hombre, que estaba sordo para su última revelación. Quizá algunos se dieron cuenta del momento en que Jesús le hizo ver a ese discípulo que sabía de su traición, tratando de moverlo a la conversión. Y al ver que se iba después de las palabras “lo que vas a hacer, hazlo pronto”, sentirían inquietud interior. El ambiente era tenso, varios habían perdido la serenidad. Por eso, Jesús sale al paso diciendo: No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mí. Un llamado a la fe, que hará más falta que nunca en las próximas horas. Dice el Catecismo ( 53) que la fe es una gracia, un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por él; pero que al mismo tiempo es un acto humano : “en la fe, la inteligencia y la voluntad humanas cooperan con la gracia divina”. Por eso le pe

Camino, verdad y vida

Estamos leyendo en la liturgia la segunda parte del Evangelio de San Juan, llamada “el libro de la hora”, que comienza en el capítulo 13 con la última cena, después de haber expuesto antes el llamado “libro de los signos”. En la primera parte de este libro de la hora, Juan expone con detalladamente la última cena. Después del lavatorio de los pies, Juan narra el “discurso de despedida”. En la primera parte de ese discurso, Jesús comienza tranquilizando a los discípulos, que habían quedado conmovidos ante el anuncio de las negaciones de Pedro: “No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mí”. Al mismo tiempo, los anima anunciándoles que les preparará un lugar en el Cielo, pues ellos serán fieles: De lo contrario, ¿os hubiera dicho que voy a prepararos un lugar? Cuando me haya marchado y os haya preparado un lugar, de nuevo vendré y os llevaré junto a mí, para que, donde yo estoy, estéis también vosotros. Aludiendo a estas palabras, Santa Teresa comenzaría su cl

Sacerdocio común

El quinto domingo de Pascua sigue profundizando en el sentido de la Vigilia Pascual: el valor del bautismo. Parece tener un especial énfasis la palabra "Elección". En la primera lectura , aparece la elección de "los siete", el grupo de personas escogidas por el Espíritu Santo para el servicio de la mesa. En la segunda lectura, Pedro explica a los cristianos que también han sido elegidos, "Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa". Somos sacerdotes de nuestra existencia, mediadores entre Dios y los hombres, por el hecho de estar bautizados. Es lo que explica Juan Pablo II: "poner la programación pastoral bajo el signo de la santidad es una opción llena de consecuencias. Significa expresar la convicción de que, si el Bautismo es una verdadera entrada en la santidad de Dios por medio de la i

Jesucristo muestra al Padre

En estos días sucedió, en una Clínica Universitaria bogotana, que una cirujana joven -40 años, casada y con dos hijos- sufrió un desmayo en plena cirugía. A los dos días falleció: se trataba de un aneurisma cerebral. Son situaciones que lo hacen pensar a uno, lo ponen a meditar sobre los miedos del hombre. Uno de ellos es la muerte, que se puede ver como una amenaza, sobre todo si no se tiene esperanza para el más allá. Comentaba estas ideas el pasado fin de semana, en un encuentro de jóvenes emprendedores. Meditábamos en que la empresa más importante para nosotros es nuestra propia vida. Y para sacarla adelante, en beneficio de la familia y de la sociedad, veíamos la importancia de tener un modelo (esa es la explicación de muchas empresas exitosas: recorrer el camino que se ha demostrado válido en experiencias anteriores). El mejor ejemplo para nuestra vida es Jesucristo. Como dice el Concilio Vaticano II, en una frase que tanto gustaba a Juan Pablo II, “Cristo revela el hombre