Y recorría ciudades y aldeas enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. San Lucas presenta de nuevo a Jesús, camino de su muerte, del cumplimiento de su vocación en la ciudad santa. Pero el Señor no se dedica a lamentarse por ese destino aciago, que humanamente le cuesta. Al contrario, aprovecha los recorridos para enseñar. Piensa en los demás. Se da a nosotros cada día. Entrega su doctrina, se dona a sí mismo. Y uno le dijo: —Señor, ¿son pocos los que se salvan? Una pregunta formulada en todas las épocas, para la que ha habido cantidad de respuestas: rigoristas unas, laxas otras. Es el interrogante ecuménico por excelencia: ¿son pocos los que se salvan? Es una pregunta numérica: ¿cuántos se salvan? Lleva de la mano otra: ¿quiénes? Y, con más perspicacia podemos suponer que, de fondo, estaba la siguiente: ¿nosotros ― nuestra raza, nuestra religión― estamos en ese grupo? Él les contestó: —Esforzaos para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os digo, intentarán entrar y...
@argumentaciones.Homilías de un sacerdote católico. Audios disponibles en https://co.ivoox.com/es/suscripciones_jb_8330681_1.html o en canal "argumentaciones" de Spotify (Imágenes tomadas en su mayoría de http://www.centroaletti.com/).