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Mostrando las entradas con la etiqueta Juan 8;1-11

La mujer adúltera

En el camino cuaresmal hacia el monte del Calvario, el quinto domingo de este período penitencial nos presenta una escena singular ( Jn 8,1-11 ). Tan llamativa, que fue omitida en varios códices antiguos del Evangelio de san Juan. Como si los editores se sintieran escandalizados por la misericordia de Jesús. Sin embargo, la Iglesia siempre la ha considerado canónica, inspirada por el Espíritu Santo: Jesús marchó al Monte de los Olivos. Muy de mañana volvió de nuevo al Templo, y todo el pueblo acudía a él; se sentó y se puso a enseñarles. Jesús nos da ejemplo de oración y de amor a las almas. Y aquellos habitantes de Jerusalén nos enseñan la importancia de acudir al encuentro con Él, para acoger sus enseñanzas. En medio de su labor magisterial, se empezó a escuchar un barullo que rompía la tranquilidad del Templo. Los escribas y fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio y la pusieron en medio. No deja de ser llamativa y estrambótica la escena. Imaginemos a esa p

Conversión real

Al final de la cuaresma, la liturgia invita al arrepentimiento verdadero como única manera de prepararse para celebrar la pascua. No se trata simplemente de morir al pecado, sino de renacer a una vida nueva, buscar la santidad. El Señor promete en el Antiguo Testamento que Él dará los medios: Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo. (Isaías 43,16-21: "No recuerden lo pasado ni piensen en lo antiguo. Yo voy a realizar algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notan? Abriré caminos en el desierto y haré que corran los ríos en tierra árida. Me darán gloria las bestias salvajes, los chacales y las avestruces; porque haré brotar agua en el desierto y ríos en la llanura, para apagar la sed de mi pueblo escogido . Entonces el pueblo que me he formado proclamará mis alabanzas". En esa bebida que promete Dios se vislumbra la Eucaristía, que tanto necesitamos. Como dice San Gregorio de Nisa, «Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta