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Mostrando las entradas de diciembre, 2019

El pesebre como altar

El segundo capítulo del evangelio de san Lucas comienza con una noticia que rompió la tranquilidad del hogar de María y José en Nazaret: «Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad» (Lc 2, 1-2). No era el mejor momento para organizar un viaje, justo cuando María estaba a punto de dar a luz. Sin embargo, desde el primer momento, tanto ella como su esposo habían experimentado que la grandeza de su vocación llevaba aneja la Cruz y emprendieron el camino, probablemente “bordeando el río Jordán, que era el que seguía la mayor parte de los galileos que se desplazaban a la Ciudad Santa. Eran unos ciento cincuenta kilómetros que, habitualmente, se hacían andando o en asno” (Quemada, Huellas de Jesús). También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Ga

María y la visitación

En los últimos días del Adviento, la liturgia nos ayuda a prepararnos para el nacimiento de Jesús. El 20 de diciembre se recuerda la Anunciación a María y el 21 la visitación a su prima Isabel.  San Lucas lo narra:  En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá.  Durante la Anunciación, el ángel Gabriel le había comentado a María, como de pasada, que su prima Isabel tenía ya seis meses de embarazo, “ porque para Dios nada hay imposible”. Vemos la delicadeza de Dios, que no ordena, solo sugiere. Pero también la calidad humana de la Virgen, tan unida a la voluntad del Señor, que captó inmediatamente la necesidad de la pariente anciana, “advierte que Dios, de una forma delicada, le insinúa la visita a Isabel” (Bastero), y se puso en camino de prisa hacia la montaña. San Josemaría, contemplando las enseñanzas de este segundo misterio gozoso del Rosario, comentaba que le llevaba “a considerar la humildad de mi

María y la Anunciación

En los últimos días del Adviento la liturgia presenta unas ferias privilegiadas, que ayudan a preparar la inminente celebración de la Navidad. El 20 de diciembre nos invita a meditar en la Anunciación a María, que narra el médico evangelista, san Lucas, al inicio de su Evangelio (1, 26-38): En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios… El primer personaje en escena es el Arcángel Gabriel, un mensajero de primera categoría. Su nombre significa “Fuerza de Dios”, y había aparecido dos veces antes en la historia: primero, en la profecía de Daniel, anunciándole la futura venida del Mesías; más adelante, en el inicio del Nuevo Testamento, cuando le comunicó al sacerdote Zacarías que sería padre de Juan Bautista, el Precursor del Verbo Encarnado. Por este motivo es el patrono de los comunicadores, porque estuvo relacionado con el anuncio de la noticia más importante de la historia, que vamos a considerar en esta meditación. En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por