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Mostrando las entradas con la etiqueta Juan 1;35-51

Vocación de los primeros discípulos

El cuarto evangelio comienza con el prólogo sobre la Encarnación del Verbo y continúa con la figura y el testimonio de san Juan Bautista. El Precursor cumple su misión desde el comienzo, pues el evangelio narra que, "al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: 'Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo'”. Al día siguiente, cuando estaba con dos de sus discípulos mejor preparados, a los que había formado de modo especial para que estuvieran bien dispuestos, les señaló a Jesús mientras les repetía su testimonio: aquel hombre era el siervo anunciado por Isaías (53,7), el Mesías esperado, el redentor, el verdadero cordero pascual. “Estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: ‘Este es el Cordero de Dios’”. Juan es modelo de apóstol: primero porque tiene su mirada puesta en Jesús, se fija en Él, para después dar su testimonio. Además, es amigo de sus discípulos, los forma para que puedan responder bien cuando se encuentr

Vocación de los primeros apóstoles

El día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios». Los primeros apóstoles que se acercaron a Cristo fueron discípulos de Juan Bautista: él los preparó durante un tiempo largo para que, cuando encontraran al Mesías, tuvieran la disponibilidad de seguirle:  Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. También nosotros nos hemos preparado para escuchar a Jesús, para acoger su amor misericordioso, siempre pronto a perdonar nuestras faltas; nos hemos dispuesto para escuchar su llamada y hemos desarrollado un deseo profundo, a pesar de nuestras debilidades, de conocerlo con mayor intensidad:  Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?». Acudamos al Maestro, en nuestra oración personal, como hicieron esos jóvenes discípulos de Juan, sigamos sus pisadas por las calles de esta tierra santificada po

Pescadores de hombres

1. Después de las vacaciones de fin de año, tornamos a nuestro encuentro semanal en estos diálogos con el Señor. Durante este año seguiremos el Evangelio de San Marcos, discípulo de San Pedro. Marcos escribió su Evangelio para los paganos de Roma, y por eso es un texto muy utilizado en la catequesis. Por ejemplo, en el Jubileo del año 2000, el Beato Juan Pablo II lo recomendó con insistencia. La primera parte de este Evangelio es como un prólogo a la actividad de Jesús: narra brevemente la misión de Juan Bautista, el Bautismo del Señor y las tentaciones en el desierto. Inmediatamente después, comienza a describir el ministerio de Jesús, con el pasaje que contemplamos hoy (Mc 1, 14-20):   Después de haber sido apresado Juan, vino Jesús a Galilea predicando el Evangelio de Dios, y diciendo: —El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está al llegar; convertíos y creed en el Evangelio .   Con estas pocas palabras, San Marcos resume la predicación del Maestro: el anuncio