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Mostrando las entradas con la etiqueta Lucas 9;10-17

Corpus Christi, Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

Después de la solemnidad de Pentecostés, con la que termina el tiempo de la pascua, la liturgia continúa celebrando los grandes misterios de la fe cristiana, como si quisiera alargar el gozo de la Pascua: por tanto, hemos celebrado la Santísima Trinidad, el sacerdocio sumo y eterno de Jesucristo, y la presencia del Señor, con su cuerpo y con su sangre, con su alma y su divinidad, en las especies sacramentales del pan y del vino (el Corpus Christi ). Un día para aumentar nuestra fe en la presencia de Jesús en el sagrario, para hacer muchos actos de amor, de esperanza y de fe. Nos puede servir, para nuestro diálogo con el Señor, meditar las alabanzas que la liturgia le dispensa, como intentaremos en este rato de oración. Un himno del Breviario ensalza esta conmemoración diciendo: «Se dio a los suyos bajo dos especies, en su carne y su sangre sacratísimas, a fin de alimentar en cuerpo y alma a cuantos hombres en este mundo habitan». Y continúa, glosando sus efectos en el alma del cr

El descanso cristiano

Después de la misión apostólica, Marcos relata el regreso de los discípulos que le cuentan a Jesús todas las peripecias de sus correrías apostólicas: Reunidos los apóstoles con Jesús, le explicaron todo lo que habían hecho y enseñado. Le narran los milagros, las curaciones, los exorcismos; pero también la doctrina que estuvieron predicando, lo que habían aprendido a su lado. Y les dice: —Venid vosotros solos a un lugar apartado, y descansad un poco. Llama la atención esta actitud paternal del Señor, su preocupación por los detalles más pequeños, su cuidado por aquel grupo de discípulos, que conforman su nueva familia, en la que Él atiende incluso lo más material, como el descanso. Tenemos que aprender del Señor a cuidar de esos tiempos de pausa en el trabajo, tan necesarios para recuperar las fuerzas físicas pero también para no dejarnos apabullar por la barahúnda del movimiento social en el que nos movemos. Descansar es parte importante de la santificación de la vida co

Eucaristía y sacerdocio de Cristo

 Después de Pentecostés, fiesta con la que terminaba la Pascua, el ingreso al tiempo ordinario de la liturgia está marcado por la solemnidad de la Santísima Trinidad. Una semana más tarde, la Iglesia celebra otra fiesta grande que sintetiza la historia de la salvación: la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre santísimos de Cristo. Con esta festividad se renueva la fe en la presencia del Señor en la Eucaristía, también en las especies consagradas que se reservan en el Sagrario después de la Misa. Además, es la fiesta del sacerdocio de Jesús. Hoy es un buen día para pensar por qué llamamos al Señor “Sumo y Eterno sacerdote”, en qué consiste su sacrificio, qué tipo de ofrendas hizo a Dios, por qué actuó de esa manera y cuáles eran su motivación última, de dónde sacaba la fuerza para realizar la liturgia de su sacrificio. En la primera lectura ( Gn 14,18-20) leemos la historia de Melquidesec, un hombre misterioso q

Cinco panes y dos peces

Hacemos una pausa en el relato evangélico de San Marcos, que hace una semana nos dejó con Jesús frente a una gran multitud, de la cual sintió compasión porque andaban como ovejas que no tienen pastor.  La misericordia se nota en que les enseña. Pero además hace un milagro portentoso. Es aquí donde cede la palabra al apóstol San Juan, que le da mayor realce al signo y una gran explicación teológica. Por eso, durante los próximos cinco domingos consideraremos el capítulo sexto del cuarto evangelio, uno de los pasajes más profundos del Nuevo Testamento. Después de esto partió Jesús a la otra orilla del mar de Galilea, el de Tiberíades.   Iniciativa de Jesús, busca a la gente. Quiere que todos se salven, no se contenta con esperarlos. Así espera que nosotros salgamos al encuentro de las almas, para llevarles el tesoro de la vida divina y que también aprendamos de ellas en ese diálogo maravilloso de la amistad.  Le seguía una gran muchedumbre porque veían los signos que