Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta juan 20;19-31

La venida del Espíritu Santo

  Cincuenta días después de la Pascua, celebramos la venida del Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés. La tercera persona de la santísima Trinidad aparece en la Escritura desde el Antiguo Testamento: por ejemplo, inspirando a los profetas para hablar en nombre de Dios. El último profeta fue san Juan Bautista “quien, bajo la acción del Espíritu, es enviado para que ‘prepare al Señor un pueblo bien dispuesto’ (Lc 1, 17) y para anunciar la venida de Cristo, Hijo de Dios: aquel sobre el que ha visto descender y permanecer el Espíritu, ‘aquel que bautiza en el Espíritu’ (Jn 1, 33)” (Compendio, n.141). Pero la plenitud de la gracia, de la comunión con las tres Personas de la Trinidad la vemos en la Virgen: “El Espíritu Santo culmina en María las expectativas y la preparación del Antiguo Testamento para la venida de Cristo. De manera única la llena de gracia y hace fecunda su virginidad, para dar a luz al Hijo de Dios encarnado” (Compendio, n.142). El Compendio del catecismo continúa

Pentecostés

Celebramos hoy la fiesta de Pentecostés. Este nombre significa, simplemente, que han pasado cincuenta días desde la Pascua. También los judíos celebraban esta Solemnidad con una peregrinación a Jerusalén para agradecer a Dios el don de la tierra y la primera cosecha del grano. A esa dimensión natural, la religión hebrea añadió la gratitud por la Alianza. San Lucas describe, en el libro de los Hechos, que después de la Ascensión del Señor los apóstoles estaban “ en un mismo lugar. Y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de un viento que irrumpe impetuosamente, y llenó toda la casa en la que se hallaban. Entonces se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que se dividían y se posaban sobre cada uno de ellos. Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les hacía expresarse ” (Hch 2,1-4). Para el cristianismo, Pentecostés significa la venida del Espíritu de Jesús. Es una buena ocasión para hablar con el Señor de

Fe en la Resurrección

Para algunos canales de televisión, la Semana Santa es ocasión de exhibir todos los refritos religiosos, que tienen bastante acogida. Por eso, los días santos suele haber sobre-exposición de cuanto interrogante hay en nuestro ambiente actual: el canon de los evangelios, los evangelios apócrifos, María Magdalena, religiones comparadas, celibato sacerdotal, etc. Recuerdo que un amigo sintió removidos los cimientos de su fe con algunos datos “reveladores” sobre tradiciones religiosas del Oriente Medio, parecidas a la judeo-cristiana. El alma le volvió al cuerpo cuando le dije que yo sabía de esas teorías, que las había estudiado y que formaban parte de nuestro acervo cultural. Por su gesto, parecía que pensara: ¡al menos no es ninguna sorpresa para la Iglesia Católica! Quizá por eso, Benedicto XVI insistía en sus homilías y discursos pascuales sobre la naturaleza histórica de la Resurrección. Así, por ejemplo, explicaba en un mensaje Urbi et Orbi que una de las preguntas que más

Anunciar a Cristo resucitado

Una semana después de la Pascua, la liturgia nos hace considerar el comienzo del Apocalipsis, donde el autor describe a Jesucristo resucitado como juez escatológico. En medio de la simbología (lámparas que son la oración de la Iglesia), se escucha la voz de Jesús resucitado, vestido como sacerdote (túnica hasta los pies), como rey (banda de oro en el pecho), eterno (barba blanca), sabio (mirada brillante), poderoso (voz de trueno, pisada metálica): «No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos ». La primera visión del autor del Apocalipsis es litúrgica, como hemos dicho. Y no deja de ser significativo que se dé un domingo: es la Misa dominical, estrechamente relacionada con la liturgia del Cielo. Tan estrecho es el vínculo que se trata de la misma Eucaristía.  Por eso el Evangelio señala que la nueva aparición de Jesucristo a los apóstoles se da también « al anochecer de aquel día, el primero de